lunes, junio 20, 2005

Había una vez un chico y una chica. Este chico y esta chica coincidieron una vez en el mismo espacio tiempo pero nunca llegaron a verse. Dos semanas más tarde, chico y chica empezaron a hablar. Ambos parecían estar en el mismo lugar pero a la vez estaban en puntos distintos, él en AV ella en VA. Todo era muy paralelo. Desde el principio sus conversaciones las basaron como si fueran citas. Así la primera conversación fue su primera cita. En esta primera no hubo beso, pero si incomodidades causadas por el típico "momento beso". Los dias siguientes chico y chica se veian, pero sólo cruzaban pocas palabras, cuando él iba a la autoescuela, o ella a por el pan. La segunda cita de verdad fue bastante más intensa. Pasearon por el parque, jugaron en castillos inchables y vieron castillos de fuegos artificiales desde la azotea de casa de la abuela. Esta vez sí que hubo beso. A partir de aqui las cosas se volvieron muy dulces hasta que una noche, en la 4 cita (la 4 conversación) ella decidió cortar por lo sano. Las cosas estaba subiendo de tono y ella quería saber hacía dónde iban chico y chica. La conversación fue larga e intensa, y al final, decidieron dejarlo, porque no era sano. Dejaron de crear "un tu y un yo a nuestra medida". Es decir, dejaron de creer. Las cosas se volvieron raras. Un mes más tarde chico y chica volvieron a coincidir en el mismo espacio-tiempo, pero esta vez, a propósito. Ambos recordaban las conversaciones de las noches de verano, pero ninguno decidió dar el paso. Probablemente, la magia se había ido. Hoy por hoy, chico y chica son amigos, y cuando se ven intentan no acordarse de esa, su primera cita. Pero en el fondo, ambos saben que eso aún sigue ahí.